La situación de crisis económica presente condiciona, como todos sabemos, una fuerte reducción del gasto público, incluyendo la reprogramación de muchas inversiones en materia de infraestructuras, y la aplicación de reformas estructurales. Y es también un momento clave en las ciudades. Pienso que las ciudades serán, son ya, un elemento clave para la superación de la crisis y la recuperación económica manteniendo las políticas de bienestar social. Las ciudades son uno de los sostenes básicos para mantener los estándares de bienestar social irrenunciablemente conquistados por la ciudadanía con el paso del tiempo. Las políticas de dependencia y asistencia a los más vulnerables. Los equipamientos sociales, deportivos, educativos. La vivienda protegida. El espacio público de calidad. La cultura y el ocio para todos. El ayuntamiento de la ciudad es responsable por tanto de un enorme catálogo de políticas públicas que se traducen finalmente en una renta social equitativa y reequilibradora, una renta social que complementa la renta personal, y que si siempre es importante, en esta situación se convierte en estratégica. Por tanto, preservar, de manera irrenunciable, la prestación de los servicios y el desarrollo de equipamientos públicos municipales ha de hacerse sin privatizar ninguna empresa municipal, ni renunciar al desarrollo y mantenimiento de ningún equipamiento público en condiciones de calidad y eficiencia. Garantizar, en época de crisis económica y restricción presupuestaria, lo anterior, es posible si se acometen acciones decididas de racionalización de la administración : adaptar los mecanismos administrativos a la realidad de la sociedad es mucho más barato que intentar adaptar la realidad a los mecanismos de la administración.