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Paseo por Sevilla: Alameda,Barqueta,Macarena…

Nos vamos a la Alameda (rehabitada en sus espacios públicos y  de convivencia por una amplia diversidad de ciudadanos, tras años de degradación y conflictos).

La Plaza de San Lorenzo (renovada) a un lado y el restaurado Convento de Santa Clara y el de San Clemente, ahora centros culturales de excelencia. San Luís ( nuevo Centro de Salud, nuevo Polideportivo, que incluye nuevo aparcamiento como en Mendigorría) y el Pumarejo  (reurbanizada como tantas otras del casco antiguo) en el contrario. Por calle Calatrava – pegados a la fachada del Teatro Alameda, el referente público de la red de nuevos espacios escénicos privados de los barrios ( el TNT junto al Vacie y el Távora en Hytasa, entre otros…) –   llegamos a la Barqueta.

En la Glorieta junto al Parque de los Perdigones – construido sobre un asentamiento chabolista y rodeado de nuevos centros universitarios-  cogemos una bici. Dan ganas de tirar para Torneo y acercarse al bullicio del Paseo Juan Carlos I, con el Parque Infantil, el Club de Remo, el de Piraguismo…Pero no, mejor vamos para allá un día laborable para poder entrar en la nueva Biblioteca Felipe González Márquez (la última aportación a una red que va desde la Julia Uceda en el nuevo Centro Cívico Hogar San Fernando a la Rodríguez Almodóvar en el nuevo Parque y Centro Cívico construido sobre el solar de la antigua Cárcel de Ranilla).

Desde la Torre de los Perdigones podríamos ver Sevilla entera. Pero lo más cercano serían los remozados Jardines del Parlamento,  las Murallas de la Macarena restauradas o el Hogar Virgen de los Reyes, junto al Hospital, convertido en el mayor Centro de Servicios Sociales de España, punto de encuentro de la solidaridad y de la atención a las personas dependientes, en la que Sevilla es vanguardia.

Yo he querido un respeto de cristal…

…Que la lluvia viniese sobre mí con sus alas de tarde,

que la noche difícil se moviera como un vaso de agua en nuestra mano,

que las enamoradas buscasen un espejo donde sentir los labios,

y que la historia con su tacón injusto no pisara mi vida,

porque la lluvia y yo y las enamoradas y el espejo

no somos partidarios de los cristales rotos.

LUIS GARCÍA MONTERO